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lunes, 8 de agosto de 2011

El neopesimismo

El estado de animo, para mi no es más que el prisma bajo el cual vemos la realidad. La lente que deforma todo lo que acontece en nuestro entorno en función de la optimetría de la misma.

Si esta está impregnada de impulsos y pensamientos oscuros, la vida nos parecerá un eterno crepusculo que nos muestra las reminiscencias de la luz que culminó antaño en nuestros recuerdos, pero que nos impide alcanzar la claridad de la luna llena en sustitución de esta.

Si nuestro prisma ha sido pulido de forma determinada por el amor, la bondad y el aislamiento de la intemperie, la hambruna o la barbarie. Veremos la vida como un campo de rosas multicolores donde no existen enemigos, donde el mal es un mito y las enfermedades una mera entelequia. Y aunque más adelante en nuestra existencia el dolor pueda tocarnos, el material que ha dado forma a ese vidrio es firme y seguro y casi imposible de ser quebrado.

En el extremo del dadaismo, hay quienes no tienen prisma alguno, porque no lo necesitan. Son ciegos, a toda realidad o luz que pueda ofrecerles el mundo, la existencia en si misma. Porque han sido privados de la posibilidad de ver, por la mutilación que han sufrido en su alma al tener contacto con el mundo.

Parece que nada puede hacerse con ellos a los ojos de los que si ven el mundo de una forma irreal positiva o irreal ecleptica.

Pero al acercanos a esta situación y comprenderla en un grado ulterior. Siento que los ciegos, son aquellos que han adaptado su prisma a las mentiras que la educación protectora ha sellado en sus corazones.

La naturaleza ha concebido la magestuosidad incomparable del cosmos, y dentro de ella han tenido lugar sucesos de insuperable belleza. La vida, que tan deslumbrante como cruel, ha abierto su propio camino aplicando las normas más devastadoras posibles...Y han sido esas reglas, totalmente ciegas, las que han generado tras millones de millones de intentos la mente humana, el genero vivo consciente de si mismo.

Una brizna orgánica de tiempo en medio de una inconmensurable expansión universal. Que justifica en la improbabilidad de su existencia la concepción a todas luces necesaria de un Dios universal.

Tras ese prisma divino se herigieron los mayores crimenes de la humanidad. No aquellos que se ejecutaron en un momento dado durante un margen de tiempo casi instantaneo. Si no los que fueron puestos en práctica durante generaciones. Crimenes como la monarquia, la exclavitud, el colonialismo, el genocidio o la opresión laboral indiscriminada.

Son a existencia de los prismas hermosos de la realidad los que engatusan, embelesan cual seductora sucubo al ciego. Que ha de creer en ellas por las historias que le llegan por sus otros sentidos, aun no cegados.

Es esta relajacion de la soledad y el miedo del ciego lo que inyecta la fe en sus mentes calmando su dolor justificado y más conectado de la realidad. Negandoles el derecho al dolor, al sufrimiento y la animadversión natural hacia aquellos que ateponen su vision del mundo a la suya. Pese a que estos, no han experimentado todos los niveles de la realidad que permiten vivir las comodidades que los alejan del mundo de los ciegos.

Las enfermedades mentales, los medicamentos, las terapias, las escapadas o hasta el suicidio son los metodos que hacen creer los iluminados a los ciegos como unico remedio de su profunda e injustificado estado de animo. A todas luces pesimista y totalmente negativo...

¿Acaso no es más negativo creer en la existencia de un mundo lleno de comodidades mientras este es sustentado en la esclavitud de millones de personas?

¿No es absurdo abogar por una revolucion y pretenderla hacer mediante el mismo sistema corrupto que la está promoviendo?

¿No resulta cuando menos ironico que los que justifican un método de vida determinado como el mejor para ser feliz, comiencen en su nombre gerras en la otra punta del mundo masacrando gente con la que poco o nada tienen que ver?

Así, mientras los que dicen ver las verdades y magnificencias de la vida se tomen el derecho de tildar de pesimistas a los que si las vemos nada cambiará.

El pesimismo es la palabra que han inventado los ignorantes para salvaguardarse de sus propios miedos y regozijarse en su propia ignorancia. Renunciando voluntariamente a la verdad con tal de disfrutar de los palceres que su sistema egoista les proporciona. Prostituyendo su mente, su alma y la vida de los que someten con su consumismo extremo.

¿Pero que más da si puedo ser feliz con un trabajo esclavo, una hipoteca que me condenara durante el resto de mi vida, un coche fabricado con maquinas que ahorran empleados y un combustible robado de los pozos de un pais que se nego a vender?

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