Sólo los ignorantes y los que se benefician con la realidad de la vida, creen que el mundo es hermoso.
Las personas que somos conscientes de la realidad del planeta, tenemos dos opciones, aceptar nuestra existencia y la de los demás como lo que es, o luchar para que las injusticias cambien en pro de un mundo mejor.
Si decides no luchar siendo consciente de ello, formarás parte del problema.
Si decides hacer algo y enfrentarte a la tiranía de los que ostentan el poder, lo más probable es que no consigas nada más que el sacrificio de tu propia vida.
Sin embargo, el hacerte consciente de la realidad del mundo te confiere la obligación moral de actuar en contra de esas injusticias, porque de la misma forma que un ave debe volar porque tiene alas, o un pez debe nadar porque tiene escamas; un alma libre debe luchar porque tiene aquello que la expulsa, por su propia naturaleza, del rebaño.
Esa lucha entre la justicia y la tiranía siempre estará mediada por la ignorancia. Y da igual cuantos guerrilleros, profetas, divinidades nazcan y mueran durante nuestra historia, si la memoria de un hombre se pierde con su vida.
El ciclo de esta lucha durará tanto como la existencia de la propia naturaleza humana, y es el deber de aquellos que nacen con la capacidad de ver, de proteger a aquellos que no pueden hacerlo de la tiranía de quienes les someten.
Y hasta que la humanidad no comprenda que son ellos los que deben velar por la existencia el mundo será lo que es hoy.
No hay comentarios:
Publicar un comentario